Crecimiento sólido del enoturismo a nivel global

El turismo del vino ha mostrado un crecimiento sólido a nivel mundial, incluso en un periodo marcado por una caída histórica en la producción y el consumo mundial de vino. Según las estimaciones más conservadoras, el mercado alcanzó los 11.860 millones de dólares en 2024, frente a los 10.530 millones de dólares en 2023. Otras valoraciones, que incluyen el impacto económico total (alojamiento, gastronomía y actividades culturales), sitúan la cifra hasta en 95.880 millones de dólares.

El informe «El Mercado Mundial del Enoturismo: Análisis de Rendimiento 2024 y Perspectivas Estratégicas», de Vinetur.com analiza el comportamiento del sector del enoturismo durante 2024 y sus perspectivas para los próximos años, y explica que este crecimiento se debe principalmente a un cambio en las preferencias de los consumidores, que buscan experiencias auténticas y personalizadas. Las visitas a bodegas, talleres prácticos y la participación en vendimias han pasado a ser actividades prioritarias para muchos viajeros. Además, la integración con la gastronomía local ha impulsado la demanda de paquetes turísticos completos que combinan catas de vino con comidas regionales.

La sostenibilidad se ha convertido en un criterio central para los turistas del vino. Las bodegas están adoptando prácticas ecológicas como la viticultura orgánica y biodinámica, el uso eficiente del agua y energías renovables. Este enfoque responde a un crecimiento de la demanda entre los visitantes más jóvenes, especialmente Millennials y Gen Z, que valoran la autenticidad y el compromiso ambiental.

La digitalización también ha transformado el sector. Plataformas de reserva online, visitas virtuales y campañas en redes sociales han facilitado el acceso a las regiones vinícolas para una audiencia internacional. Las bodegas utilizan herramientas digitales para personalizar la experiencia del visitante e incrementar su fidelización.

A nivel regional, Europa mantiene su liderazgo con más del 51% de la cuota de mercado mundial gracias a regiones como Francia, Italia y España. América del Norte destaca por su alto gasto medio por visitante y una infraestructura turística consolidada, con ejemplos como Napa Valley y Sonoma en California. Asia-Pacífico muestra las tasas de crecimiento más altas, impulsadas por mercados emergentes como China e India.

En América del Sur, Argentina y Chile han reforzado su posición gracias a tipos de cambio favorables y paisajes únicos. Sudáfrica ha superado los niveles prepandémicos y considera el turismo del vino como parte esencial de su estrategia turística nacional.

El informe subraya que el turismo del vino se está desvinculando cada vez más del comportamiento tradicional del mercado vinícola. Mientras la producción mundial cayó un 4,8% en 2024 hasta los 225,8 millones de hectolitros —la cifra más baja en seis décadas— y el consumo descendió un 3,3%, el turismo asociado al vino siguió creciendo. Esta tendencia se atribuye al interés por conocer la historia, cultura y origen del producto más allá de su simple consumo.

En cuanto a los servicios más demandados dentro del sector, las catas y visitas a bodegas representan más del 57% del mercado. Los festivales y eventos vinícolas también generan ingresos importantes y se prevé que aumenten su peso en los próximos años. El turista nacional sigue siendo mayoritario (64% en 2023), aunque el segmento internacional crece rápidamente gracias al interés por experiencias culturales únicas.

Respecto a los canales de reserva, la preferencia por la reserva directa (40%) refleja el deseo de personalización y contacto directo con las bodegas. Sin embargo, las plataformas online ganan terreno debido a su comodidad y capacidad para comparar ofertas.

Por países europeos, Francia recibió unos 10 millones de turistas del vino en 2024; Burdeos atrajo cerca de seis millones pese a una cosecha muy baja; Champaña sumó unos 3,5 millones de visitantes; Borgoña alcanzó los 2,8 millones tras inaugurar nuevos centros turísticos; Italia registró un aumento del 16% en valor económico respecto al año anterior; España mantuvo su tendencia ascendente con casi tres millones de visitantes en 2023; Rioja batió récords con más de 912.000 visitas en 2024; Reino Unido experimentó un crecimiento notable gracias al auge internacional de sus vinos espumosos.

En América del Norte, Estados Unidos lidera con un mercado vinícola valorado en más de 107.000 millones de dólares. Napa Valley recibió 3,7 millones de visitantes en 2023 con un gasto total superior a los 2.500 millones de dólares. Sonoma incrementó sus visitantes hasta los 10,5 millones en 2024.

Argentina amplió su oferta turística con un aumento significativo tanto en número de bodegas abiertas al público como en visitantes (1,59 millones solo en Mendoza).

Chile duplicó sus bodegas turísticas desde 2015 hasta alcanzar las 219 abiertas al público en 2024.

Asia-Pacífico es considerada la región con mayor potencial futuro debido al crecimiento económico y al interés por la cultura vinícola local e internacional. Australia destaca por su recuperación tras eliminarse aranceles sobre sus exportaciones a China; India y China presentan tasas anuales previstas superiores al 11%.

Sudáfrica ha consolidado su recuperación tras la pandemia: el turismo interno representa ya el 58% de las pernoctaciones en Cape Winelands mientras que las llegadas internacionales aumentaron un 15% solo durante el primer trimestre de este año.

El informe advierte sobre varios problemas que pueden afectar al sector: el cambio climático amenaza directamente tanto la producción como los paisajes vitivinícolas; la volatilidad económica puede reducir el gasto turístico; las nuevas tendencias hacia bebidas sin o bajo alcohol requieren adaptación constante; además existe una falta generalizada de datos estandarizados para medir correctamente el impacto económico real del turismo del vino.

Las recomendaciones para bodegas incluyen invertir en hospitalidad profesionalizada —con alojamientos propios o restaurantes— e integrar la sostenibilidad como parte central de su marca. Para organismos públicos se aconseja mejorar infraestructuras clave (transporte e internet) e impulsar rutas temáticas regionales que combinen vino con gastronomía o patrimonio cultural.

Las previsiones apuntan a una tasa anual compuesta entre el 12% y el 13% hasta finales de esta década si se mantienen las tendencias actuales: desvinculación respecto al consumo tradicional, diversificación experiencial e innovación tecnológica serán factores clave para sostener este crecimiento prolongado dentro del sector mundial del turismo del vino.
(vinetur.com)

–Ver informe El Mercado Mundial del Enoturismo 2024