
El estudio se centra en los efectos cardioprotectores de los taninos presentes en el vino tinto, analizando cómo la microbiota intestinal transforma estos compuestos y cómo sus metabolitos pueden influir en la salud cardiovascular, y ha sido desarrollado por el grupo de investigación MedWine del Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV) de España, ha colaborado con Bodegas Pradorey, el centro tecnológico AINIA de Valencia y la Universidad de Salamanca.
Para llevar a cabo la investigación, los equipos seleccionaron dos vinos tintos de las cosechas 2020 y 2021, ambos elaborados con uvas Tempranillo por Bodegas Pradorey en Burgos. Estos vinos, con alto contenido en taninos, se sometieron a un sistema de simulación de digestión gastrointestinal desarrollado por AINIA. Este sistema utiliza cinco reactores interconectados que reproducen las condiciones del estómago, el intestino delgado y las tres partes del colon humano.
El objetivo era observar cómo los taninos del vino se transforman durante la digestión y qué metabolitos genera la microbiota intestinal. Los investigadores analizaron estos metabolitos en dos tipos de líneas celulares: endoteliales (HAECs) y hepáticas (HepG2), para comprobar su posible efecto protector sobre el sistema cardiovascular.
Los resultados han mostrado que los taninos sufren una transformación intensa a nivel del colon, lo que da lugar a una mezcla compleja de metabolitos microbianos. Además, se ha detectado un aumento importante en la producción de ácidos butírico y propiónico. Estos ácidos están relacionados con beneficios para la salud intestinal, como el mantenimiento de la barrera intestinal y efectos antiinflamatorios.
El estudio también ha registrado un incremento en el número de bacterias beneficiosas, especialmente Bifidobacterium, junto a una tendencia a la reducción de Enterobacter. En cuanto al análisis celular, los metabolitos derivados de los taninos han modulado positivamente cuatro biomarcadores vinculados a tres factores de riesgo cardiovascular.
En las células endoteliales HAECs, los metabolitos han favorecido el equilibrio entre óxido nítrico y endotelinas, dos sustancias clave para mantener el tono vascular y prevenir problemas en las células endoteliales. En las células hepáticas HepG2, se ha observado un aumento en la expresión del gen LDLr, lo que facilita la eliminación del colesterol LDL. Además, se ha registrado una disminución del riesgo de resistencia a la insulina y una mejor regulación glucémica gracias a la reducción en la expresión del gen AKT, lo que limita la producción hepática de glucosa.
Este trabajo ha contado con financiación del Real Sitio de Ventosilla a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y fondos europeos FEDER. Los resultados suponen un avance para conocer mejor cómo los compuestos presentes en el vino tinto pueden contribuir a la prevención de enfermedades cardiovasculares tras su paso por el sistema digestivo y su transformación por parte de la microbiota intestinal.
(vinetur.com)