
El presente documento da cuenta, de una forma sucinta, de lo que ha sido la vendimia 2025 a lo largo de Chile. Para su redacción, con el apoyo de sus directores zonales, la Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos Enólogos (ANIAE) recolectó la información de enólogos que desempeñan su labor en las distintas zonas productoras del país. El documento se ha elaborado a fines de abril del 2025, considerando una vendimia bien avanzada en todo el territorio vitivinícola.
ZONA NORTE
Una añada muy positiva en viñedos septentrionales
En Vallenar, una temporada seca, pero con las horas de frío necesarias y temperaturas no tan elevadas favorecieron una cosecha notablemente mejor. Este año no se realizó deshoje ni regulación de carga en el viñedo, lo que aumentó sustancialmente la producción. Se retomaron las fechas normales de cosecha, con fruta de buena calidad, adecuada acidez y buen grado alcohólico. Ya en el Elqui, hubo muchas lluvias en otoño e invierno, con mucho frío. La brotación muy pareja resultó en mucha carga y lindos racimos. En San Pedro de Atacama, condiciones climáticas estables y favorables, con presencia de precipitaciones, altas temperaturas diurnas y noches frías, propiciaron una maduración lenta, con óptima acumulación de compuestos fenólicos y aromáticos, para lograr vinos con buena estructura y expresión varietal. En el Limarí tuvieron un invierno frío y una primavera fría, que ayudó a una madurez más paulatina y a que la cosecha comenzara un poco más tarde que en 2024. Un mes de febrero muy caluroso hizo que se adelantara la cosecha de algunas variedades más tardías.
CASABLANCA
Menos vino, pero fresco y de muy buena expresión frutal
La temporada 2025 sigue una tónica común a otras zonas de Chile, siendo marcada principalmente por una primavera muy fría y una época de madurez un poco más nubosa. Esto se tradujo en una baja en los rendimientos esperados, sobre todo para variedades más tempranas, viéndose fuertemente afectadas las variedades Sauvignon blanc, Chardonnay, Pinot noir y, en menor medida, Syrah. Los rendimientos fueron afectados tanto por la falta de racimos como por la presencia de bayas de diferentes tamaños. Si bien este efecto tuvo incidencias económicas importantes, a nivel de calidad la uva está sana, con buenas concentraciones y pocos casos de botritis. La temporada de madurez más fría permitió alcanzar buenos niveles de madurez y mantener el frescor de los vinos, con una muy buena expresión frutal.
ACONCAGUA
Resiliencia y adaptación para enfrentar los desafíos actuales y futuros
Al igual que los últimos años, esta vendimia ha estado marcada por los cambios en las condiciones climáticas. Precipitaciones más altas que en los últimos diez años y ausencia de heladas de primavera reflejaron en un desarrollo favorable de las vides. Las escasas precipitaciones durante la temporada de crecimiento contribuyeron a menor presión de enfermedades fúngicas. Un comienzo de año muy caluroso resultó en una vendimia temprana en las zonas costeras. La industria en este valle se ha ajustado a distintas variables, buscando nuevos clones o variedades, implementando nuevas técnicas de manejo de viñedos y cambiando estrategias respecto a la disponibilidad de mano de obra para cosechar oportunamente.
MAIPO
Cosecha adelantada para vinos con muy buen potencial de guarda
Debido a las temperaturas altas, pero no extremas, específicamente en febrero, la vendimia se tuvo que adelantar entre una y dos semanas (hasta tres, en algunas zonas) para las variedades Cabernet-Sauvignon, Merlot, Syrah y Malbec. Se estima un contenido de alcohol de los vinos que oscila entre 13 y 14 grados. Taninos en abundancia, pero de muy buena calidad, un pH entre 3,35 y 3,5 y una acidez total alta permiten proyectar vinos de alta gama con una muy buena guarda, tanto en barrica como en botella, además de vinos más frescos y frutosos. Se registra una disminución entre el 10 y 20% de rendimiento, llegando incluso al 30%. Sin embargo, algunas zonas en Maipo Alto registran un rendimiento superior al 5% con respecto a la temporada anterior. No se registran mayores problemas sanitarios, exceptuando algunas zonas con incidencia de oídio, pero sin mayores inconvenientes.
CACHAPOAL
Vendimias cortas por bajos rendimientos, con fruta de calidad superior
Las bajas temperaturas en la primavera afectaron la cuaja, originando racimos sueltos. Por este motivo y por la inducción del año anterior, en el centro del valle el rendimiento fue el 15% menor en variedades tintas y hasta el 30% menor en las blancas. Las altas temperaturas de diciembre y enero auguraban una cosecha adelantada, pero finalmente se frenó la concentración de azúcares. A diferencia de otras zonas vitivinícolas, se llegó a una fecha de cosecha más o menos similar a años anteriores. Aunque en general hayan sido vendimias más cortas por bajos rendimientos, que han terminado antes de la Semana Santa, la calidad de la fruta está superior: uvas muy concentradas y con mucho color, madurez fenólica que coincidió con la madurez tecnológica, pH bajos y excelente acidez.
COLCHAGUA
Intervención oportuna para vinos de mejor expresión
La temporada actual ha presentado una sanidad óptima. Aunque se detectaron algunos focos de oídio en ciertas variedades, estos fueron prontamente controlados gracias a la intervención oportuna. En cuanto a la maduración, las variedades blancas experimentaron un adelanto de aproximadamente dos semanas. Los grados brix aumentaron rápidamente, lo que requirió una planificación logística exhaustiva en las bodegas y un monitoreo constante en los viñedos. Las variedades tintas maduraron de manera más gradual, permitiendo un seguimiento detallado y degustaciones regulares para determinar el momento preciso de la cosecha. En ambos casos se prevé un rendimiento inferior, en torno al 25%. Como en este valle aún están terminando de cosechar, luego de algunos días se podrá obtener datos más precisos. En cuanto a los vinos, se percibe una mejor concentración, expresión y, en el caso de los tintos, mejor color.
CURICÓ
Una vendimia diferente, con bajos rendimientos, pero se esperan grandes vinos
En viñedos de mayor manejo, se observan caídas de hasta el 30% en algunos viñedos. En Huerta de Maule, los cuarteles de Carignan muestran un 4% por sobre lo estimado, muy distinto a viñedos del secano. Desde el año pasado se ve una madurez más tardía y rendimientos que no bajan en forma exagerada, tal vez por la mayor precisión, aporte de fertilizantes y el manejo regenerativo. Los blancos presentaron una acidez fresca y rica en cosechas con menos Brix, privilegiando la acidez por sobre el alcohol. En viñedos con menos manejo, se observan blancos de buena calidad. Por contar con pH un poco más altos que la temporada anterior, sobre todo en Chardonnay, se optó por priorizar al menos grado de alcohol probable, pero con rica acidez y buena fracción aromática. En uvas tintas, se observó una madurez precoz, con uvas ya cosechadas antes de la Semana Santa. En los vinos se sienten taninos reactivos y bajos niveles de ácido málico. Sin embargo, en lotes de menor rendimiento se obtendrán vinos de muy buena calidad. La fruta tiene buen estado sanitario en general, salvo algunos productores con incidencia de oídio por decisión económica. Las mermas fluctuaron entre el 15% y 30%.
MAULE
Frutas de muy buena calidad, pese a algunos factores en contra
Respecto al año anterior, esta vendimia comenzó una a dos semanas adelantadas y también se vieron caídas en el peso de los racimos y los kilos a cosechar prácticamente para todas las cepas, siendo mayor la baja en rendimiento en cepas blancas. Entre las causas, a corto plazo están las altas temperaturas y la baja humedad relativa del aire, pero a más largo plazo hacia atrás se puede hablar de factores de inducciones y cuajas que no se dieron adecuadamente los años anteriores. Este año, los productores también se vieron enfrentados a la Lobesia botrana y al oídio. Ante todo esto, la calidad de las uvas está muy buena (notas frutales y buena acidez natural), con lo que se espera lograr vinos frescos.
ZONA SUR
Más bajos rendimientos y calidad que se mantiene
Al igual que en el valle de Cachapoal, la primavera fría afectó la cuaja, ocasionando racimos sueltos. La pinta fue heterogénea, con racimos un poco más atrasados mientras otros estaban más adelantados. Las altas temperaturas en verano engendraron una cosecha intensa, debido a la maduración relativamente rápida de la uva, y a una baja del 30% en la producción para la mayoría de los productores. La gran presión de plagas y enfermedades fue bien controlada, sin ocasionar pérdida de calidad.
ZONA AUSTRAL
Importantes retos en el prometedor límite sur
En Chile Chico, heladas tardías acercando a la cosecha impactaron en baja acumulación de sólidos solubles, pese al intento de controlar el daño con aspersión de agua. En algunos sectores, la cosecha se tuvo que adelantar para evitar las lluvias. En la zona de Malleco, los insectos han presentado un desafío en algunos viñedos de Traiguén y Los Sauces, mientras en las zonas más frías de Cautín el oídio afectó la producción. En Pucón, el estrés térmico por golpes de sol afectó a los cultivos de Pinot noir y Meunier, con un 5% de disminución de la producción. También en Traiguén hubo hasta un 30% de pérdida por deshidratación del Pinot noir. Ya en Angol, las lluvias causaron un mínimo de botritis en el Moscatel. Si bien es un gran reto cultivar en los valles más australes, esa zona relativamente nueva está generando muy buenos vinos y presenta un potencial enorme para el desarrollo del rubro a mediano plazo.
(ANIAE)