Encuentro de Indígenas vitivinicultores de la Macro Zona Norte

En la localidad de Matilla, comuna de Pica, fue la sede del Primer Encuentro de Indígenas Vitivinicultores de la Macro Zona Norte de Chile, organizado gracias al convenio suscrito entre la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) y la Universidad de Tarapacá, como parte del Fondo de Tierras y Aguas Indígenas, el cual busca rescatar prácticas y trayectorias de la vitivinicultura ancestral asentada en oasis y quebradas del desierto de Atacama.

Este encuentro marcó un hito al reunir a viñateros y viñateras de Pica, Codpa, Matilla y San Pedro de Atacama, quienes compartieron técnicas, experiencias productivas y el sabor de vinos con identidad. Desde chacolíes y mistelas hasta destilados con recetas familiares, cada sabor rememoró historias, memorias y conocimientos transmitidos por generaciones en territorios de extrema aridez, donde la vid ha sobrevivido desde el siglo XVI gracias al ingenio de las comunidades andinas.

El Subdirector Nacional Iquique de CONADI, Juan Pablo Pérez Angulo, destacó el carácter trascendental de “esta iniciativa que visibiliza los conocimientos indígenas aplicados al vino en zonas extremas. Pero si queremos que ese legado sea reconocido, la Ley 18.455 debe cambiar, ya que no contempla la realidad de los viñedos ancestrales del Norte Grande, para respetar su origen y su historia”.

“Este encuentro no es sólo una reunión contemporánea: es la continuidad de una historia que comenzó en 1589, cuando Damián de Morales trajo las primeras vides a estas tierras. Desde entonces, Matilla, Codpa y otros valles del Norte Grande han mantenido una producción cargada de memoria. Hoy, los pueblos indígenas no están comenzando algo nuevo, están defendiendo una tradición que nunca se detuvo”, sostuvo el Dr. Alberto Díaz, historiador de la Universidad de Tarapacá.

Durante la actividad, los productores coincidieron en que cultivar la vid en estas zonas no es sólo una labor agrícola: es un acto de persistencia cultural. En pleno desierto, donde la salinidad y la escasez de agua son un desafío constante, cada cosecha representa la continuidad de un patrimonio que mezcla técnicas con conocimientos adaptados a un entorno extremo.

“Tal como en otros valles han logrado resguardar su identidad, nosotros también buscamos que el vino del Norte Grande sea reconocido por lo que es: único y con historia propia”, expresó Leticia González, quien expuso sobre el trabajo que realizan en Toconao. Junto a ella, también hubo exposiciones de Haydeé Montecinos, representante de Codpa, y Victoria Contreras de la Cooperativa Lagar de los Oasis.
(conadi.gob.cl)