
El Ministerio de Agricultura de Francia ha anunciado un nuevo paquete de ayudas para el sector vitivinícola, que incluye una partida de 130 millones de euros destinada a financiar la eliminación definitiva de viñedos. El objetivo es reducir el exceso de producción y mejorar la rentabilidad de las explotaciones más afectadas por la caída del consumo y las dificultades económicas. Esta medida se suma a otras iniciativas ya puestas en marcha en los últimos años para hacer frente a la sobreoferta de vino en el país.
La ministra de Agricultura, Annie Genevard, ha explicado que el sector atraviesa una situación complicada, marcada por varios factores. Entre ellos figuran los efectos del cambio climático, que han alterado las cosechas en varias campañas consecutivas, la disminución continuada del consumo —especialmente en vinos tintos— y las tensiones geopolíticas que afectan al comercio internacional. Además, la inflación y el aumento de los costes de producción han reducido los márgenes de los productores.
El plan presentado por el Gobierno francés prevé una compensación de 4.000 euros por cada hectárea de viñedo arrancada. Según datos del organismo público FranceAgriMer, se estima que podrían eliminarse hasta 34.428 hectáreas, aunque la demanda del sector podría alcanzar las 50.000 hectáreas si se dispusiera de más fondos. En 2025 ya se han eliminado unas 25.000 hectáreas en todo el país, principalmente en regiones como Burdeos, donde la sobreproducción ha tenido un impacto directo en los precios y la viabilidad económica de muchas explotaciones.
El Ministerio también ha solicitado a la Comisión Europea que active la reserva europea para crisis agrícolas, con el fin de financiar la destilación del vino excedente no comercializable, especialmente en bodegas cooperativas. Esta práctica permite transformar el vino sobrante en alcohol para usos industriales o biocombustibles, lo que ayuda a reducir los stocks y mitigar las pérdidas económicas. La crisis del vino en Francia tiene varias causas. Por un lado, el consumo interno ha bajado notablemente en los últimos años, sobre todo entre los jóvenes y en lo referente al vino tinto. Por otro lado, factores externos como la pandemia, la guerra en Ucrania y los aranceles impuestos por Estados Unidos han reducido las exportaciones y aumentado los costes operativos. Las condiciones meteorológicas extremas también han provocado cosechas irregulares y pérdidas adicionales.
El sector del vino es uno de los tres pilares industriales de Francia, junto con la aeronáutica y los productos de lujo, y genera un volumen de negocio anual estimado en 92.000 millones de euros. Más de 440.000 personas trabajan directa o indirectamente en esta industria.
(vinetur.com)