Sin acuerdo EEUU-UE, el vino tendrá aranceles del 30%

La Casa Blanca ha confirmado que no ampliará el plazo de negociación con la Unión Europea sobre los aranceles a productos europeos. El límite para alcanzar un acuerdo se mantiene en el 1 de agosto, fecha a partir de la cual Estados Unidos comenzará a aplicar tasas del 30 % a las importaciones procedentes de Europa si no se logra un pacto. Así lo ha explicado la portavoz presidencial, Karoline Leavitt, durante una rueda de prensa en Washington.

Leavitt ha señalado que las conversaciones entre el equipo comercial estadounidense y representantes europeos continúan, pero ha recalcado que el presidente Donald Trump no tiene intención de conceder una nueva prórroga. El plazo ya fue extendido anteriormente del 9 de julio al 1 de agosto. Según la portavoz, la administración estadounidense considera que las barreras arancelarias y no arancelarias impuestas por la UE perjudican a los trabajadores y empresas estadounidenses, motivo por el cual buscan cambios en las condiciones comerciales.

La confirmación coincide con la visita a Washington del comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, quien tiene previsto reunirse con su homólogo estadounidense, Howard Lutnick. El objetivo es intentar alcanzar un acuerdo que evite la imposición de los nuevos aranceles. La reunión se produce en un momento clave para las relaciones comerciales entre ambas partes.

Además del frente abierto con la UE, Estados Unidos mantiene negociaciones con Canadá sobre posibles aranceles del 35 % a bienes canadienses. El plazo para llegar a un acuerdo con Ottawa expira en cuatro días. Leavitt ha indicado que el diálogo sigue activo, aunque ha reconocido que las conversaciones con Canadá están siendo complicadas. Según sus palabras, el Gobierno canadiense no está facilitando el proceso.

Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump ha impulsado una política comercial basada en la imposición de aranceles a socios tradicionales como medida para corregir déficits comerciales y fomentar la inversión extranjera en Estados Unidos.

Si finalmente se aplican los aranceles del 30 % a productos europeos a partir de agosto, uno de los sectores más afectados será el del vino. Las bodegas europeas podrían ver reducidas sus exportaciones al mercado estadounidense debido al aumento de precios para los importadores y consumidores finales en Estados Unidos. Esto podría provocar una caída en las ventas y afectar tanto a productores como a distribuidores y tiendas especializadas. Por otro lado, los consumidores estadounidenses tendrían menos acceso a vinos europeos o tendrían que pagar precios más altos.

En caso de que Canadá logre evitar la imposición de aranceles mediante un acuerdo antes del vencimiento del plazo, esto podría interpretarse como una señal de que Estados Unidos aún está dispuesto a negociar con sus socios comerciales. Sin embargo, si Washington mantiene su postura firme y aplica los impuestos aduaneros tanto a Canadá como a la Unión Europea, se anticipa un escenario en el que los aranceles serán inevitables.

Las consecuencias para el mercado del vino serían amplias. En Europa, las bodegas perderían cuota en uno de sus principales destinos internacionales. En Estados Unidos, importadores y distribuidores tendrían que buscar alternativas o asumir mayores costes. Además, esta situación podría influir en otros mercados internacionales al modificar flujos comerciales y precios globales del vino.
(vinetur.com)