
El sur de Francia sufre una oleada de incendios que afecta de forma grave a los viñedos de la región de Aude. El primer incendio comenzó el pasado sábado por la tarde, en la zona de Corbières. Según las autoridades, el fuego se originó cuando un coche se incendió y las llamas se extendieron rápidamente a la vegetación seca de los alrededores. Las altas temperaturas y la sequía de los últimos días han favorecido la propagación del fuego.
El incendio afectó especialmente al Château La Baronne, una bodega conocida del Languedoc que pertenece a la familia Lignères desde hace cinco generaciones. El equipo del château ha informado a través de sus redes sociales sobre los daños sufridos en la propiedad. Explican que el fuego avanzó con rapidez, impulsado por el viento Cers, y llegó a rodear el dominio. La sequía y el calor intenso facilitaron que las llamas alcanzaran incluso las viñas más antiguas, que hasta ahora habían resistido dos años de sequía.
La familia Lignères ha explicado que entre 30 y 35 hectáreas han resultado calcinadas o gravemente dañadas. Estas viñas, que prometían una cosecha esperanzadora gracias a las lluvias caídas desde otoño, han quedado arrasadas. La familia señala que el futuro es incierto tras este golpe.
Un nuevo foco se declaró este lunes por la tarde en el macizo de Corbières, cerca del dominio vitícola Saint-Julien-de-Septime. Según la prefectura, todo apunta a que un cigarrillo arrojado desde un coche pudo ser el origen del fuego. El martes por la mañana, las llamas ya habían recorrido 2.000 hectáreas y más de 1.000 bomberos trabajaban en la zona junto a numerosos medios aéreos.
Los incendios ponen en peligro no solo los viñedos y la producción vinícola local, sino también la seguridad de los habitantes y trabajadores del sector. Las autoridades piden extremar las precauciones ante el riesgo elevado debido a las condiciones meteorológicas actuales.
(vinetur.com)