
El proyecto europeo LIFE VinoShield ha dado un paso clave en su estrategia para hacer frente a los riesgos climáticos que amenazan la viticultura. Entre febrero y marzo de 2025 se completaron con éxito las primeras instalaciones de redes textiles protectoras en viñedos situados en España, Francia e Italia.
Estas redes multifuncionales han sido diseñadas para mitigar los efectos del cambio climático —heladas primaverales, granizo, insolación excesiva y lluvias intensas— que afectan tanto la producción como la calidad de la uva. Actualmente se están probando dos tipos de redes: una especializada para heladas y granizo, y otra multifuncional que también protege frente a enfermedades, exceso de radiación solar y humedad, ayudando así a reducir el uso de productos fitosanitarios.
Las pruebas se están realizando en seis viñedos representativos: en La Rioja (España), Ziano Piacentino (Italia) y en diferentes regiones vitivinícolas de Francia como el Château Dillon o el Domaine de Cassaigne. Cada sitio cuenta con 600 metros de redes instaladas, distribuidas en filas alternas para permitir una comparación precisa con las plantas no protegidas.
En cuatro de estas parcelas se han instalado estaciones meteorológicas y sensores bajo las redes y en las filas de control. Estas herramientas permitirán evaluar con detalle el impacto de las redes en el microclima, el desarrollo de las vides, la sanidad vegetal y la calidad de la uva.
Con un presupuesto de 4,1 millones de euros y un consorcio compuesto por socios de Francia, Italia, España y Bélgica, el proyecto LIFE VinoShield pretende proteger 16.500 hectáreas de viñedos antes de 2032, reduciendo los daños climáticos del 30 % al 5 %. También busca facilitar la adopción de esta tecnología por parte de 2.750 viticultores europeos a través de un modelo de negocio sostenible.
(infowine.com)