Investigadores de la Universidad de Melbourne, Australia, están utilizando perros para detectar plagas y enfermedades en los viñedos, como termitas, las colmenas de las mismas y también las llamadas hormigas de fuego.

Sonja Needs, especialista en vinos, cambio climático y trabajo con animales del CSIRO (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation), señaló que la mayor ventaja de trabajar con perros es que como detectores son muy rápidos y versátiles.

«Los perros tienen una mayor sensibilidad a las moléculas volátiles que la mayoría de los detectores de cromatografía de gases móvil, y pueden clasificar y discriminar olores donde las máquinas tienen dificultades», dijo.

«Empezamos a trabajar con los perros con una sustancia neutra, una sustancia volátil específica que no van a encontrar en otro lugar a no ser en un ambiente específico. Una vez que están seguros en el primer olor, podemos presentarles cualquier sustancia que queremos», explicó Needs.

Needs comenzó la investigación y la formación de perros detectores con su difunto pastor alemán Luther, y ahora lo hace con Keely, un ejemplar Border Terrier.

«Entrené a Luther en la detección de Brettanomyces, un tipo de levadura que se convierte en un fallo si afecta al vino. Le encanta vivir en la madera de loas barricas, pero también puede vivir en maquinaria y otras superficies en las bodegas», dijo.

Ahora Needs espera comenzar a trabajar en la filoxera, una enfermedad que afecta la raíz de viñedos. (weeklytimesnow.com.au)