La industria del vino en México parece despegar, a juzgar por el buen momento que atraviesa y que se refleja en un crecimiento en su producción de vinos de casi el 20% anual.

Con todo, todavía queda la labor más difícil para los vinos mexicanos: crear marca e imagen de país vinícola productor con el que poder hacer frente a la dura competencia internacional.

No obstante, la primera batalla se juega en casa, donde el vino del país todavía no es muy reconocido entre los propios mexicanos, algo fundamental para obtener mejores resultados.

Fernando Pérez Castro, de Provino -la asociación de productores para la difusión y promoción del vino mexicano- comunicó esta semana a varios medios del país el gran momento histórico para la cultura del vino, ya que «nunca antes se había tomado y producido tanto vino mexicano y no había tantas perspectivas de crecimiento como las que hay actualmente».

En una entrevista con la agencia Notimex, el dirigente afirmó que los vinos mexicanos destacan por su calidad, labor en la que destacan marcas como: La Cetto, Casa Madero, Monte Xanic y Santo Tomás.

«Somos ya un buen número de vinícolas que estamos apostando por la calidad; entonces esa es nuestra bandera y las características únicas de nuestros vinos que se dan por el tipo de tierra que tenemos, el clima y por las manos que nada más son nuestras y de nadie más», destacó Perez Castro.

Afirmando además que si bien la calidad ayudará a impulsar la industria, aún hay mucho trabajo por hacer, toda vez que existe una barrera cultural respecto al consumo de vinos que es necesario romper.

«La realidad es que en México no estamos acostumbrados a comer con vino, lo cual se realiza ya; pensaría que mientras esté más cerca el vino de la canasta básica de nuestra mesa tendremos la posibilidad de posicionar mejor nuestros vinos», expresó.

Se trata, sostuvo, de «romper con un esquema cultural de tradiciones de la forma en que comemos y bebemos en México». Resaltó la importancia de continuar con el posicionamiento de los vinos mexicanos entre los consumidores del país, a fin de que se conviertan en un producto de identidad nacional.

«Esto ya está pasando; de hecho, el año pasado el vino mexicano fue consumido en un 30 por ciento, lo cual nunca había pasado; ahora tenemos que pugnar para que ese 30 por ciento se convierta en un 70 por ciento y que el restante se quede en vinos internacionales», aseguró.

En esta labor, el representante de Provino, consideró necesario mejorar la comunicación, que haga que la gente sienta suyo el vino mexicano y hable de él, se sienta identificado con el vino y prefiera comprarlo por encima de cualquier otro de otra nacionalidad.

Subrayó que la labor de arraigar esta bebida entre los mexicanos la llevan a cabo las nuevas generaciones de productores y consumidores, por lo que en un futuro se esperan buenos resultados.

«Las personas entre los 20 y 40 años van a ser los grandes consumidores de vinos mexicanos y las bodegas pondrán esta bebida en las plataformas nacional y luego internacional de una manera muy digna en los próximos 20 años», concluyó.
(vinetur.com)