Vinos enviados al espacio envejecieron mejor y más rápido

En noviembre de 2019 arrancaba el programa CommuBioS, un experimento científico que busca descubrir cómo afecta la falta de gravedad a líquidos complejos como el vino. Se mandaron 12 botellas de vino tinto de Burdeos a la Estación Espacial Internacional (EEI), que orbita la Tierra a unos 400 kilómetros de altitud, y allí estuvieron reposando durante 438 días dentro de unos cilindros estancos hechos de acero.

Hace poco más de un mes, esas 12 botellas volvieron a la Tierra en la barriga de un SpaceX Dragon tras 14 meses en la EEI, y esta semana se las dieron a probar a una docena de expertos en vino para ver si notaban la diferencia.

La cata se realizó a ciegas, los expertos no sabían si el vino que había en sus copas era vino envejecido en el espacio o si había salido de una bodega aquí en la Tierra. Según Philippe Darriet, investigador del Instituto de la Vid y Ciencias del Vino de la Universidad de Burdeos y uno de los científicos que lideran este experimento, hubo unanimidad en considerar que el vino espacial es un gran vino. No ha sufrido durante los 14 meses en la EEI y sus propiedades organolépticas son plenamente satisfactorias.

Una de las catadoras fue Jane Anson, experta en vino y corresponsal de la revista Decanter en la región de Burdeos. Anson afirma que el vino terrícola “estaba ligeramente más cerrado, tenía más tanino y era un poco más joven” mientras que el envejecido en el espacio estaba entre dos y tres años más evolucionado, “los taninos estaban más suavizados y aparecían aromas más florales”, comentó.

La investigación está todavía en curso y Darriet afirma que, a parte de los tests con catadores, las muestras de vino espacial pasarán una serie de análisis químicos para determinar con exactitud sus diferencias organolépticas. El objetivo del experimento es ampliar el conocimiento sobre los procesos de envejecimiento del vino y buscar posibles métodos para recrear esas condiciones de manera artificial.

Este experimento se encuadra dentro del Mission WISE, un programa de investigación financiado por la empresa luxemburguesa Space Cargo Unlimited. Además de botellas de vino, la compañía envió también 320 brotes de vid a la EEI para comprobar cómo afecta la falta de gravedad a su desarrollo. Tras 10 meses en el espacio, los ejemplares de vid volvieron a la Tierra y fueron plantados inmediatamente. La compañía afirma que las plantas espaciales han producido más capullos y han crecido más rápido que las que las muestras que permanecieron en tierra en condiciones similares. El experimento con las vides sigue todavía en marcha, el objetivo de la misión Mission WISE es observar los efectos de la falta de gravedad en complejos sistemas biológicos y aplicar lo aprendido a la enología y la agricultura. Se busca encontrar plantas que se adapten mejor a condiciones meteorológicas más duras como las que puede causar la crisis climática.

“El análisis de estas plantas aún está en su etapa inicial, pero los primeros descubrimientos son muy prometedores para el futuro de este programa”, comenta Nicolas Gaume, uno de los fundadores de Space Cargo Unlimited.

Para Gaume desentrañar el misterioso proceso de cómo envejece el vino puede conducir a nuevos descubrimientos científicos. Estaremos atentos para ver cómo evoluciona este proyecto que puede tener gran impacto en el futuro de la agricultura y en la enología tanto espacial como terrestre. Si Jeff Bezos tiene razón y las primeras colonias lunares se establecen con éxito en algún momento de esta década, no sería de extrañar que las grandes bodegas instalen allí estructuras para madurar su vino.
(elconfidencial.com)