El etanol como indicador del marchitamiento de las uvas

Un innovador proyecto está estudiando la aplicación de sensores para la determinación de etanol volátil, tanto en laboratorio como en viñedo,  con el fin de detectar el inicio de la muerte celular de las bayas.

Este estudio forma parte de un proyecto más amplio financiado por Wine Australia cuyo objetivo es investigar las causas, las consecuencias y el control de la muerte celular en las uvas.

“Hemos descubierto que las uvas liberan etanol cuando sufren estrés por oxígeno. Por tanto, sería muy útil poder saber en qué momento comienza la muerte celular para poder monitorear la salud de las bayas y el potencial de maduración de la fruta ‘, afirma Stephen Tyerman, director del proyecto de investigación de la School of Agriculture, Food and Wine de la Universidad de Adelaide.

La muerte celular, y en consecuencia el marchitamiento de las bayas, es un problema importante para los productores. Se manifiesta con una repentina pérdida de peso de las uvas durante la etapa de maduración tardía y se atribuye a la deshidratación y pérdida de vitalidad de las células de las bayas.

Se trata de un fenómeno que pueda devastar toda la cosecha dando lugar a pérdidas de calidad y rendimiento, que pueden llegar a ser de hasta el 30 por ciento.

«Nuestra hipótesis de trabajo es que la causa de esta muerte celular es una deficiencia en el transporte de oxígeno dentro de la baya durante la respiración», explica el profesor Tyerman. «Creemos que este es un problema más frecuente en las uvas Shiraz que en otras variedades a causa de una mayor resistencia al flujo de oxígeno en el pedicelo de la baya a través de estructuras especializadas llamadas lenticelas».

Según esta investigación los problemas de transporte de oxígeno ocurren cuando las temperaturas aumentan y la vid sufre estrés hídrico. Esto provoca un aumento de la respiración en la baya, dando lugar a una mayor demanda de oxígeno que, desafortunadamente, no puede entrar lo suficientemente rápido y, por lo tanto, la baya se asfixia.

En condiciones óptimas, esta muerte celular ocurriría probablemente en un par de semanas. Este proceso podría ser una fase natural del proceso de maduración y es muy probable que afecte al perfil organoléptico, ya que los metabolitos se mezclan  en compartimentos celulares que normalmente están separados». Tyerman afirma que se ha demostrado que el curso temporal de la muerte celular ha cambiado durante la última década.

Por esta razón, el proyecto está estudiando el efecto de los portainjertos, en particular aquellos más tolerantes a la sequía y/o que proporcionan más vigor con la finalidad de que la vegetación cree mayor sombra a la fruta.

Este proyecto no se limita a analizar este marchitamiento normal de las bayas, que afecta a algunas variedades más que a otras. Una parte de la investigación analizará la mayor incidencia de muerte inexplicable de células y bayas, que provoca pérdidas significativas en viñedos de múltiples regiones.

Mientras tanto, el consejo para los productores es seguir aplicando los procedimientos estándar: «Mantener las bayas más frescas durante las olas de calor y mantener un buen estado hídrico de la vid reduce la muerte celular y el consiguiente marchitamiento

Este proyecto es la continuación de un proyecto anterior que demostró que el marchitamiento de las bayas en Cabernet Sauvignon está influenciado por el clima y puede afectar negativamente el aroma y las características del vino.
(infowine.com)