Burbujas del Champagne: de Dom Pérignon a Louis Pasteur

Un día como hoy, 4 de agosto, pero de 1936, se ponía en venta la primera tanda de champagne Dom Pérignon, la prestigiosa marca que lleva ese nombre en homenaje a Pierre Pérignon, un monje benedictino quien creó los vinos espumosos.

Lo que destaca a Dom Pérignon de otras marcas, es que este champagne solo se produce en los mejores años, y todas las uvas utilizadas para la elaboración del vino fueron cosechadas en el mismo año.

Esta bebida que tiene por nombre la región de Champagne, en el noroeste de Francia, se popularizó en el siglo XVII dentro de las cortes inglesas y francesas gracias al impulso de algunas familias de esta región. Se comenzó a embotellar hacia 1660, poco antes de terminar la primera fermentación, por este motivo y sin buscarlo aparecen las burbujas. Gracias a esta efervescencia fue denominado el «vino del diablo» por los productores. Pero así y todo, gracias a la popularidad que tenía en Inglaterra, no se abandonó su producción.

Fue el monje Dom Pérignon, quien en 1670 propuso una serie de cambios, como la selección de la uva, el corcho cónico sujeto con una grapa metálica y las botellas de vidrio más grueso que evitaban estallidos y que los corchos saltaran. A pesar de los muchos esfuerzos del monje, el origen de las burbujas continuó siendo un misterio hasta que Louis Pasteur estudió la fermentación en el siglo XIX.
(lanacion.com.ar)