Uso de cruces para obtener variedades adaptadas al cambio climático

Uno de los retos a los que se enfrenta la viticultura actual es la adaptación  a las nuevas condiciones meteorológicas que está provocando el cambio climático. El ciclo vegetativo de la vid depende de la temperatura, de modo que los estados fenológicos se pueden predecir con modelos basados solo en la temperatura. Por tanto la única posibilidad de mantener el cultivo en zonas cálidas es tratar de obtener variedades mejor adaptadas al nuevo escenario, que tengan un ciclo vegetativo-productivo más largo y que maduren en períodos menos cálidos.

En el año 1997, iniciamos un programa de cruzamientos dirigidos con el fin de obtener nuevas variedades procedentes de Monastrell que heredando sus buenas cualidades aportasen los caracteres positivos de otras variedades que le permitieran adaptarse a los retos futuros. Actualmente, tenemos 10 cruces seleccionados con alto contenido fenólico, tres de los cuales ya se ha comenzado su proceso de registro. Para su selección también se ha tenido en cuenta su época de vendimia, de modo que en la actualidad contamos con cinco épocas de vendimia diferentes que comienzan a mediados de agosto y terminan a principios de octubre. Dentro de estos cruces también se están seleccionando otros por su bajo contenido alcohólico, intentando también dar solución a otro problema al que se enfrenta el sector. Además, cabe mencionar que dentro del material vegetal obtenido por los cruzamientos se han obtenido cruces blancos entre los descendientes, pudiendo introducir nuevas variedades blancas. En la actualidad hemos empezado el registro de tres variedades tintas y una blanca cuyo proceso terminará en el año 2021.

Finalmente, un problema que presenta la producción de vinos, tanto blancos como tintos, es el sabor herbáceo negativo que aportan las semillas, así como la elevada astringencia. De ahí que se haya considerado interesante abrir otra línea de mejora de uva de vinificación en la que se obtengan variedades apirenas (ausencia de semillas), que permitan además unificar la maduración de la pulpa y el hollejo y que nos permita elaborar vinos jóvenes poco astringentes, frescos y fáciles de beber, obviando de esta manera el desfase de la maduración tecnológica y la madurez fenólica.
(infowine.com)

Extracto de artículo de Rocío Gil Muñoz y otros autores del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario, España, en presentación en la 12ª edición de Enoforum, 21-23 de mayo de 2019 , Vicenza, Italia.

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