Cambio climático: lo nunca antes visto en Francia

El cambio climático está provocando una serie de cambios nunca antes vistos en la viticultura en Francia, como reducciones de producción de hasta el 20% o adelantos de vendimia provocadas por temperaturas que nunca habían sucedido en 700 años.

El volátil clima de verano en Europa, incluidas las olas de calor récord que recientemente arrasaron el continente, está causando estragos en Francia.

Las temperaturas subieron a un máximo sin precedentes superiores a 40ºC en algunas partes de Francia, lo que hace que las uvas se descompensen y maduren antes de que su acidez se reduzca, una parte crucial del perfil de sabor de cualquier vino.

Tanto es así que la generación actual de viticultores y enólogos de Borgoña se enfrenta a veranos más calurosos y secos con mayor frecuencia que sus predecesores, según dice un reciente estudio que ha examinado datos del clima y cosechas desde el año 1354.

«Los años cálidos y secos sobresalientes en el pasado fueron atípicos, mientras que se han convertido en la norma desde la transición al calentamiento rápido en 1988», afirman los investigadores del estudio que fue publicado en la revista European Geosciences Union.

«De 1354 a 1987, las uvas se cosecharon en promedio a partir del 28 de septiembre. Durante el último período de calentamiento rápido de 31 años, de 1988 a 2018, las cosechas comenzaron 13 días antes», dijeron los investigadores, que analizaron y verificaron los datos de cosecha que se remontan a casi 700 años.

Los investigadores establecieron un vínculo entre una mayor frecuencia de veranos más calurosos y secos en Borgoña en la última década y el derretimiento de los glaciares alpinos.

También informaron una correlación entre las fechas tempranas de cosecha y «la alta presión sobre Europa occidental y central y el bloqueo atmosférico sobre Dinamarca», que según ellos estaba asociado con altas temperaturas.

Sin embargo, el calor intenso no siempre significa una cosecha temprana, como saben muchos enólogos. «Los años más sobresalientes de calor y sequía no fueron necesariamente los primeros en la clasificación de las fechas de cosecha», dijeron los investigadores. «Se concluye que el desarrollo de la uva se ralentizó o incluso se detuvo durante períodos sin lluvia muy largos y temperaturas máximas extremas, como en 1540 y 1473», subrayaron.

La cosecha en Borgoña en 2019 ya ha comenzado, sin embargo la cosecha principal debía comenzar a mediados de septiembre.

En este sentido, la agencia de vinos de Borgoña, publicó recientemente que «se esperaba que gran parte de la recolección de uva para vinos tranquilos comenzara a partir del lunes 9 de septiembre, aunque algunos productores comenzarían antes».

Francia espera una caída del 12% en su cosecha de vino de este año 2019, debido a una serie de consecuencias climáticas extremas que van desde uvas quemadas al sol, hasta heladas en varias áreas, según el último pronóstico del Gobierno francés.

Aunque esta coyuntura climática se generaliza para todo el país, es en Champagne donde puede verse los estragos del cambio climático. Así, pese a que los rendimientos en la región están oficialmente limitados por el Comité Champagne, que gobierna todos los aspectos de la producción en la denominación, este año la cosecha está siendo muy limitada por la naturaleza.

Si bien el rendimiento máximo de la cosecha de este año se estableció en 10.200 kg/ha (un 5,5% menos que el año pasado), se cree que los productores no alcazarán este nivel, ya reducido, debido a las condiciones climáticas y especialmente a las olas de calor durante el verano.

En nota de prensa, varios productores de la Denominación de Origen ha previsto una caída en los rendimientos en torno al 20%. En todo caso, de cumplirse finalmente los pronóstivos, la cosecha de este año tiene un marcado contraste con las condiciones del año pasado, cuando los rendimientos fueron muy altos, con una capacidad productiva de algunos viñedos que alcanzaban los 20.000 kg/ha.

Además culpan de esta caída en los rendimientos a la ola de calor sufrida en el país galo, con temperaturas que alcanzaron los 43ºC a principios de agosto en Champagne, lo que provocó que las bayas se quemasen.

Por último, informan que la cosecha será muy temprana, debido al alto nivel de madurez, y es que la mayoría de productores ya han comenzado la vendimia o están a punto de hacerlo.

El optimismo viene por el lado de la calidad, que se espera muy alta debido a las condiciones ideales de los últimos días de agosto (máximas de 25ºC) que ha propiciado un alto nivel de azúcar y ácido tartárico en las bayas.

Pese a todo, la producción de botellas de Champán en el mercado no caerá, debido a que los productores cuentan con reservas de años anteriores que garantiza la cantidad de vino que se puede producir para comercializar y el suministro de botellas al mercado.

Además, el Gobierno del país se ha ocupado que el lucrativo negocio de los vinos franceses no decaiga, tal y como adelantamos en julio en Vinetur. Así, si bien este año el Comité Champagne no autorizó la recolección de vendimia adicional para reservas, El Instituto Nacional de Origen y Calidad (por sus siglas en francés INAO), a propuesta del Gobierno francés, autorizó agregar 4.700 kg/ha destinadas a reservas de vino.

Champagne está vendiendo en los últimos años del orden de 300 millones de botellas por valor de más de 4800 millones de euros. El pasado año 2018, facturó 4.887 millones de euros y sacaron al mercado 301,9 millones de botellas de este codiciado espumoso. Solo la región de Champagne factura más que toda la exportación española de vino junta.

Referencias: The longest homogeneous series of grape harvest dates, Beaune 1354–2018, and its significance for the understanding of past and present climate https://www.clim-past.net/15/1485/2019/

(vinetur.com)