A propósito de Chancho Muerto, nadie los quiere vivos

Hace unos días atrás se celebró la XI edición de la fiesta del Chancho Muerto en la ciudad de Talca, capital de la Región del Maule, zona gran productora de carne y derivados de cerdo, versión a la que asistimos y pudimos constatar una inmensa afluencia de público en la Plaza de Armas y calles aledañas.

Miles de personas, se habla en más de cien mil en los dos días de la fiesta organizada por la municipalidad de Talca y la empresa Coexca, que concurrieron a las varias decenas de stands para probar variadas y sabrosas preparaciones en base a carne de cerdo.

Familias, jóvenes, niños, abuelitos, parecería que los talquinos y visitantes de ciudades cercanas se vuelcan por completo hasta la Plaza de Armas para disfrutar de esta fiesta. Se ve a la gente contenta, disfrutando de las comidas y del vino que también es parte de la celebración, y no podía ser diferente ya que la Región del Maule responde por la mitad del vino producido en el país.

Hasta aquí todo bien, la gente disfrutando, una fiesta popular, masiva, con precios muy convenientes que permiten a la gran mayoría de la gente probar diversos platos y vinos. En ese sentido hay que reconocer la buena organización e instalaciones de los organizadores, la municipalidad de Talca y Coexca.

Pero hay algo que está en el aire, literalmente, y también en el agua de los ríos: Son los residuos que deja la producción de cerdos.

A esas decenas de miles de personas que asisten al Chancho Muerto, se le suman otros cuantos millones de chilenos que consumen carne de cerdo y derivados en sus más variadas formas. La carne de cerdo es muy apetecida por los chilenos en general, pero nadie quiere a los chanchos vivos cerca de su ciudad o pueblo, y de eso sabemos tras Freirina y ahora con el rechazo de los pobladores de San Javier, Name y alrededores que se quejan de los malos olores, moscas y aguas contaminadas por la nueva planta de Coexca, organizadora y proveedora de la carne de cerdo que se consume en el Chancho Muerto.

Nadie quiere a los chanchos vivos cerca de su vivienda, y eso es una realidad, pero a la gran mayoría le encanta la carne de cerdo. Entonces viene la pregunta: ¿No hay tecnología y/o procesos que disminuyan o hagan compatible con la convivencia de vecinos en el tratamiento de residuos de la producción de cerdos?

Ciertamente existe esa tecnología, pero debe requerir inversiones adicionales a las habituales lo cual encarecería el precio de la carne de cerdo, limitando su adquisición por parte de la población y disminuiría las utilidades de las empresas.

En nuestra opinión el problema reside en la escala de producción. Y esto en casi todos los aspectos productivos es real. A mayor escala de producción, cuando se produce industrialmente, los residuos son mayores y de muy difícil manejo. Y aquí está la esencia del problema, porque las empresas no producen solamente para el consumo interno, sino también para la exportación, entonces la escala de producción alcanza otra dimensión que no hay como manejar los residuos de manera adecuada. Y se aumenta la escala de producción para hacer más rentable el negocio, pero esto afecta directamente el entorno donde se ubican estas plantas productivas, contaminando suelos, ríos y el aire, infestado de moscas y malos olores. Y no invierten más porque eso va contra la rentabilidad del negocio.

Entonces quedamos en el mismo lugar. Chancho Muerto lleno pero nadie los quiere vivos. Entonces ¿hay que sacrificar ciertos lugares donde están las plantas en beneficio de carne de cerdo a precios convenientes?

Es una paradoja, pero si el modelo de producción fuera de pequeñas plantas los residuos serían menores y el impacto ambiental también, siendo posible un mejor manejo de los residuos. Pero esto no sería conveniente para el negocio, para los niveles de rentabilidad de las empresas, entonces no se hace, se privilegia el negocio y las megaplantas de producción.

Lo que se llama fiesta costumbrista Chancho Muerto ya es dominada por Coexca, gran productora de carne de cerdo y derivados a nivel nacional con sede en Talca. En su sitio web se lee que están totalmente comprometidos con el medio ambiente y la salud de las familias chilenas y del mundo en la producción de carne y derivados del cerdo, pero esto se contradice con la realidad de las familias que habitan en las cercanías de sus plantas, y esto se repite con otras empresas del mismo rubro.

Chancho Muerto es una fiesta masiva, donde la gente disfruta, participa y se le ve alegre en la Plaza de Armas de Talca. Pero queda al debe todo lo que se refiere a los efectos negativos que tiene el proceso de producción de la carne de cerdo a gran escala, es un punto negro en esta celebración que no aparece en el evento, pero que es real.

(Alejandro Tumayan – todovinos.cl)