Puramar, donde el vino es uno de los protagonistas

En lo alto de un acantilado sobre la playa y el mar de Curanipe, en la costa sur de la región del Maule, inició sus actividades el Hotel y Restaurant Puramar, donde el vino es uno de los protagonistas, con una cava de 12 mil botellas, sala de catas y las más variadas y exclusivas etiquetas, que junto a los otros protagonistas -el mar, la vista sobre el océano, la playa y campo contíguo-,  hacen un conjunto único y de singular belleza.

El Hotel Puramar, que además de las habitaciones cuenta con departamentos, terrazas, sauna y piscina temperada, ya está abierto al público y de a poco irá marcando una diferencia y llenando un vacío de espacios acogedores en la zona costera de Curanipe, decorado de manera simple y elegante, con espléndidos salones con ventanales hacia el mar que parece infinito.

En uno de los pisos de Puramar, todos con vista al mar, está el bar wine Puro Tinto, nombre que marca la preferencia del enófilo propietario del establecimiento, Marco Mendez, pero que no significa que la cava solo cuente con vinos tintos, al contrario, son 12 mil botellas de las más variadas cepas y con las mejores y exclusivas etiquetas de los vinos chilenos.

En este ritmo gradual ya iniciado por Puramar en sus diversas actividades   gastronómicas y vitivinícolas, asistimos el fin de semana pasado a la cata de vinos de Viña Las Veletas.

En un ambiente relajado, el Brand manager de Viña Las Veletas, el sommelier Juan Ignacio Pavón, dirigió una entretenida y didáctica cata, explicando las singularidades de cada uno de los vinos y las características y singularidades de Viña Las Veletas, cuyos viñedos están en la localidad de Alquihue a pocos kilómetros de San Javier, Valle del Maule.

Los vinos degustados fueron Sauvignon Blanc 2017 acompañado de un apetizer de choritos al pil pil; el vino de amplio abanico aromático y de rica acidez y sugerente mineralidad que le otorgan las uvas de viñedos situados camino a Colbún, a 500 metros de altitud.

Seguimos con el excelente vino País 2017 de Las Veletas, un fidedigno País que mantiene las características de esta cepa. Parras con más de cien años de los viñedos de Alquihue cuyas uvas reciben en la vinificación un tratamiento similar al pinot noir, lo cual le otorga a este vino una delicada elegancia sin que pierda la identidad de la variedad, además de un toque de Carignan que le otorga más profundidad. El apetizer del restaurante Puramar en este caso fue un sabroso y estimulante tártaro de atún.

Seguimos con el vino de corte mediterráneo de Las Veletas, una mezcla de Grenache (52%), Mourvedre (38%) y Carignan (10%), un vino que es pura fruta y elegancia y que se dio de maravilla con el apetizer de Pulpo a la diabla.

Después fue el turno de un vino que tiene más cuerpo pero de singular elegancia, como es característica de los vinos de Las Veletas, para nosotros el toque distintivo del enólogo Rafael Tirado. Esta mezcla de Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc 2015, un vino de mayor concentración y profundidad armonizó de maravilla con carne mechada en su jugo sobre papa cocida.

La cata finalizó con el poderosamente elegante Petit Verdot – Cabernet Franc 2017, una intensa, elegante y sabrosa mezcla que estimula el paladar, te envuelve con sus taninos redondos y te entrega un vino maduro, donde están muy bien integradas la fruta y madera de las barricas, de gran presencia y muy agradable de beber, más aún junto al apetizer de prieta.

Una jornada excelente en el wine bar Puro Tinto del Hotel y Restaurant Puramar, donde es un placer extra estar a metros del poderoso mar de la costa sur del Maule, degustando excelentes vinos acompañados de una muy bien cuidada y sabrosa gastronomía basada en productos nacionales.

Con su excelente cava de más de 12 mil botellas de vinos, una sabrosa gastronomía, muy buenas y cómodas instalaciones y una increíble vista al océano, Puramar es un lugar que te invita a disfrutar de las cosas buenas de la vida, y ciertamente entre ellas está el vino, la conversación fraternal entre amigos y singulares reflexiones que derivan de esa observación tranquilizadora y prolongada de este mar nuestro….que parece infinito en su belleza e inmensidad.

 

(Alejandro Tumayan – todovinos.cl)