Luego de una mala cosecha en 2016 y 2017, afectada por las heladas, lluvias y en menor medida por incendios, el sector vitivinícola se siente optimista y espera la recuperación de la industria.
Esperanzado se encuentra actualmente el sector vitivinícola a la hora de hablar de la próxima vendimia. Para este temporada, la industria proyecta que alcanzarán las mejores cifras en al menos tres años y se acercarán a la cosecha de 2015, cuando se logró un récord en la producción. En dicho año, se contabilizaron 1.234 millones de litros, números que descendieron en 2016 y 2017 producto de las heladas, lluvias y también de los incendios.
Esta temporada, dicen los viñateros, será el momento de la recuperación. En base a los brotes y racimos de los cultivos, la industria vitivinícola proyectan una producción para 2018 alrededor de 15% superior a la de la vendimia de 2017, superando las cifras obtenidas en los últimos tres años.
“La brotación fue casi perfecta, a diferencia del período pasado donde tuvimos menor porcentaje de brotes”, comenta el presidente y gerente general de la viña Viu Manent José Miguel Viu. Al momento de hablar de precios, Viu es optimista. “En general la temporada 2018 estará más cara, esto debido a menores producciones del hemisferio norte”, dice, haciendo alusión a la situación vivida en las viñas de Estados Unidos a causa de los incendios. A esto, se sumaron las heladas en Francia, Italia y Alemania, que también afectaron la producción.
Pese a apostar al alza, Viu es cauto a la hora de proyectar una cifra exacta de alza de precio. Así, señala que es difícil hablar de valores definitivos, ya que pueden cambiar drásticamente debido al clima. Por ejemplo, si se producen temperaturas más altas de los pronosticado, los daños en las uvas serían irreparables.
Sin embargo, según fuentes del sector en lo que va de la temporada, la industria no se ha enfrentado a grandes dificultades en esta materia. Por el contrario, las lluvias invernales les permitieron comenzar con los riegos recién a fines de diciembre.
Es por ello que el presidente de la Asociación de Empresarios Vitivinícolas de Casablanca, Mario Agliati, enfatizó que “este año debiese ser una buena vendimia, es nuestra esperanza para que el sector se recupere. Este año no tuvimos heladas como en temporadas pasadas y tuvimos bastante agua”.
Sin embargo, esto no significa que las viñas hayan estado libres de obstáculos. Según los representantes de la industria, las parras estuvieron expuestas a algunas infecciones que botaron ante las bajas temperaturas de la pasada primavera. Por ello, se intensificaron los programas preventivos para asegurar la calidad sanitaria de las uvas. Según Viu, estas acciones “han sido eficaces y nos permiten estar ad portas de ‘la pinta’ (vendimia) con nuestros viñedos absolutamente sanos”.
Según representantes del sector, el cambio climático ha traído consigo un alza en las temperaturas durante el período de crecimiento de las uvas. Por ello, los viñedos han debido implementar distintas medidas para proteger los racimos de la exposición directa al sol. Por la misma razón, las cosecha han sido modificadas ya que la madurez de la uva obedece a las condiciones climáticas variables y muchas veces extremas. Así, las uvas blancas serán cosechadas a fines de febrero, dos semanas antes de lo programado. Para las tintas, en cambio, todavía no existe fecha.
(pulso.cl/CatalinaIturriaga)