Es una de las bebidas más populares en las celebraciones, y gracias a la enorme masificación que ha tenido en el último tiempo, es sumamente común verla en los hogares. Nos referimos a la champaña o espumante, que además de su rico sabor, podría tener más de un beneficio para nuestra salud.

Así lo afirma un estudio de la Universidad de Reading de Inglaterra, publicado originalmente en 2013, el que sostiene que beber tres copas semanales de este producto ayudaría a prevenir trastornos cerebrales como la demencia y la enfermedad de Alzheimer.

Los expertos atribuyeron estos beneficios a los compuestos fenólicos en los dos tipos de uvas que se usan para producir este licor, pinot noir y pinot meunier, los que mejoran la memoria espacial y protegen de enfermedades cerebrales.

El director del trabajo, Jeremy Spencer, profesor de bioquímica, explicó que tenía bastante curiosidad respecto a si existía “algún atributo de la salud en el espumante, debido a que estas uvas se utilizan en el vino tinto, y muchas investigaciones han mostrado los beneficios del vino”.

Según recoge el periódico británico Daily Mail, cerca de un 80% de toda la champaña o espumante se hace a partir de estos dos tipos de uva negras mezcladas con una uva chardonnay blanco.

El equipo de Spencer descubrió que después de consumir esta bebida se registraba un impulso importante en la memoria espacial, responsable de registrar la información sobre el entorno y orientación espacial. Dicho de otro modo, esta memoria es la que nos permite llegar a nuestro hogar a través del camino correcto.

Cabe señalar que los experimentos se realizaron en ratas, aunque Spencer sostuvo que el impacto sería similar en el caso de los humanos, siempre y cuando su consumo sea moderado. En las pruebas, se les dio pequeñas dosis de espumante durante seis semanas.

Los roedores debieron recorrer un laberinto para encontrar un “premio”. Cinco minutos más tarde, debieron repetir el proceso para ver si recordaban el camino que los había llevado a obtener su recompensa.

Los científicos descubrieron que en un comienzo las ratas tenían un 50% de éxito. Sin embargo, lo llamativo fue que después del espumante, esta tasa aumentaba hasta el 70%. Posteriormente se les realizó mediciones en sus índices de proteínas que contribuyen a la memoria de corto plazo.

Los investigadores se mostraron sorprendidos por el aumento de 200% de proteínas importantes en la determinación de la memoria efectiva. “Esto ocurrió en ratas después de sólo seis semanas. Pensamos que tomaría alrededor de tres años en los seres humanos”, indicó Spencer.

El experto se mostró ilusionado con las pruebas, debido a que, según dijo, es la primera vez que se observa que el consumo moderado de espumante “tiene el potencial de influir en el funcionamiento cognitivo, tales como la memoria”.

No obstante, aún restan nuevos estudios que permitan identificar con mayor precisión las bondades de este brebaje en el ser humano.
(DailyMail.co.uk)