El inicio de la producción vitivinícola en Aysén

En el marco de un proyecto de INIA Tamel Aike junto a la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), se están ampliando las fronteras de cultivo de la viticultura chilena hacia zonas más australes, producto del cambio climático, como una oportunidad de diferenciación y diversificación de este rubro.

Es así como en Chile Chico, en la Región de Aysén, se ha concluido que es factible obtener la azúcar necesaria para lograr una adecuada fermentación y por ende, obtener un vino de buena calidad. Hoy la variedad de cepas se ha extendido a siete desde el 2016, dando como resultado que la industria vitivinícola de manera comercial en la cuenca del lago General Carrera, es posible.

En el año 2017 se realizó la primera cosecha y vinificación en Chile Chico, utilizando dos variedades establecidas en el 2010, dando origen a los vinos Keóken, los más australes de mundo, puntuados por el renombrado crítico británico Tim Atkin, con 90 puntos el Pinot Noir y 91 puntos el Sauvignon Blanc.

Así nace el proyecto “Vitivinicultura de interés enoturístico en la Patagonia Occidental de la Región de Aysén”, buscando convertirse en una oportunidad de diferenciación de la producción vitícola nacional, diversificando las opciones agrícolas de la Patagonia chilena.

El vamos oficial de este proyecto ­­­-que se proyecta a 4 años- se realizó con un taller técnico sobre el proceso de vinificación en Chile Chico, donde participaron productores de la región.

“Estamos muy contentos como Ministerio de Agricultura por esta capacitación llevada a cabo en la ciudad de Chile Chico, en conjunto con INIA y FIA para poder transferir los conocimientos respecto a la investigación realizada en vitivinicultura. Esto es lo que nos ha pedido el Ministro Antonio Walker, poder adaptarnos y diversificarnos. Ver cómo nos podemos preparar para el cambio climático que es una situación que estamos viviendo. Creemos que esta puede ser una real oportunidad y poder potenciar nuevas líneas de negocios”, indicó el Seremi de Agricultura, Felipe Henríquez Raglianti.

Para el representante macrozonal de FIA, Emilio Rojas “el desarrollo de esta iniciativa plantea una oportunidad para el sector, ya que son proyectos innovativos que apuestan a una diversificación de la matriz productiva de los territorios, a través de la incorporación de nuevas especies, nuevas variedades, nuevas razas, entre otros o como en este caso, el desarrollar un paquete tecnológico de producción de vides viníferas en nueva zonas agroclimáticas”.

En tanto, para el gobernador de General Carrera, Mauricio Quercia: “Hay un enorme campo en esta región, está repleta de potencialidades, hoy hay cambios dentro de los paradigmas productivos en la región y una agilidad de las instituciones para poner en valor estas virtudes. 20 o 30 años atrás nadie pensaba que se podría fermentar mostos de vino acá y eso es una promesa para los habitantes de estos valles que tiene un microclima. Felicitar a los ayseninos que siempre están dispuestos a crear mundo, a innovar, a abrir territorios y verlas con situaciones adversas y a triunfar en ellas”.

La ingeniero agrónomo de INIA, Marisol Reyes, señaló: “Estamos súper contentos porque estamos partiendo con productores de acá de la zona, y eso da la posibilidad que la gente que está aquí, que se lleva el dulce y el agraz de vivir en esta zona, aproveche también lo que es producir viñas  en la zona más austral del mundo”.

Este proyecto contempla el establecimiento de 2 viñedos comerciales en predios de productores de la Comuna de Chile Chico y de Puerto Ibáñez, con las variedades Pinot Noir y Chardonnay.

Uno de ellos es Esteban Milovic, productor de cerezas: “Me ha parecido muy interesante y promisorio, que se esté comenzando con este proyecto en Chile Chico. Para dar una mayor diversificación a los agricultores que estamos trabajando con las cerezas. Es muy interesante poder hacer una cosecha en esta época. Una gran oportunidad que como agricultores debemos honrar. Me encantaría verme en unos años embotellando un vino de Chile Chico o un espumante”.

El proyecto también contempla capacitación en vitivinicultura y enología de futuros emprendedores como Óscar Lagos y su señora: “Nosotros estamos en Puerto Ibáñez, vinimos a aprovechar a aprender. Lo principal es que vamos a tener al final un producto terminado. Es muy importante para nosotros, porque se está aportando a un emprendimiento que va a ser exitoso, y creo que nos va a ir bien”.

La incorporación de la vitivinicultura ofrece una alternativa de asociatividad en torno al enoturismo local, asociado a la cultura del viñedo,  considerando el enorme potencial que implica el sello “Patagonia”.

En tanto, las condiciones climáticas del valle de Chile chico y Puerto Ibáñez, confiere a la bebida una mayor concentración de aromas, antocianinas y de antioxidantes (resveratrol), potenciando su calidad nutraceútica y un sello diferenciador al presentar este vino de la Patagonia.
(diarioaysen.cl/todovinos.cl)