No son superficies tremendas, ni mucho menos, y no digamos vistas desde Francia o España, pero ya no son desdeñables. Se trata del viñedo inglés, que ya el año pasado alcanzaba las 2.600 hectáreas y este año va a crecer hasta un 70% debido a un intenso programa de plantaciones, para alcanzar las 4.000 hectáreas.

El cambio climático anima a los empresarios. Es lo que dice un informe de la revista especializada británica ‘Harpers’ que apunta que entre 2015 y 2017 las ventas de vinos producidos en el país crecieron un 31%.

El informe se basa en los datos suministrados por la empresa de investigación del mercado del vino Wine Intelligence, que ha sondeado a 168 bodegueros ingleses, llegando a cifrar su producción en 5,9 millones de botellas. De ese total, un 68% corresponde a los vinos espumosos. Ello da una pista de cuáles son las castas más plantadas hoy en Inglaterra: chardonnay, pinot noir y pinot meunier, que alcanzan un 71% del total. En superficie manda el pinot noir; en toneladas, el chardonnay.

Simon Robinson, presidente del organismo gremial del sector, WineGB, ha declarado: «Es un crecimiento significativo en un sector que ha conocido un período considerable de expansión a lo largo de los dos últimos decenios. La llegada de dos de las casas importantes de Champaña, Taittinger en Kent y Pommery en Hampshire, marca el camino a una expansión aún mayor, ya que nuevas empresas extranjeras van a llegar probablemente durante los 10 próximos años».

El propio WineGB se lanza a predicciones muy atrevidas sobre el crecimiento futuro: dice que la producción en 2040 podría alcanzar los 40 millones de botellas, con un valor anual de 1.000 millones de libras esterlinas. Los empleados del sector, unos 2.100 actualmente, podrían pasar a ser 30.000. Esas estimaciones se basan en lo sucedido en el Estado norteamericano de Oregón, que en 1992 tenía un sector vitícola parecido al inglés actual. Como en Inglaterra, en Oregón hay una mayoría de pequeños productores, sobre todo de espumosos.
(elmundovino)