Coronel de Maule: Viñateros rodeados y atrapados por el fuego

A pocos kilómetros hacia el sur de la ciudad de Cauquenes está Coronel de Maule, pueblo rural en cuyas lomas contiguas viven hace varias generaciones decenas de familias en sus pequeños campos donde tienen viñas centenarias de uva País, algunas vacas, pavos, pollos y cultivos que sirven al sustento de una vida humilde, digna y apacible, cuya rutina se vio brutalmente conmocionada por incendios en plantaciones de pinos y eucaliptos que han ido invadiendo este bello valle, y donde la semana pasada las llamas rodearon y atraparon a viñateros y campesinos en general.

El panorama ahora es desolador, con kilómetros de plantaciones de todo tipo calcinadas por las llamas, bodegas y casas destruidas y un importante número de cultivos y viñas quemados por el fuego.

La destrucción del pueblo se evitó por la rápida acción de los mismos campesinos organizados en grupos, que con métodos tradicionales lograron contener el fuego a pocos metros de las casas, el retén de Carabineros, la escuela y el internado.
Los testimonios son dramáticos, como el de Hugo Cárdenas, de la pequeña Viña Tihu.

Nos cuenta Don Hugo que vieron avanzar las llamas por varios frentes, consumiendo pinos cercanos y aproximándose sin tregua de su casa y bodega. Su esposa e hija tuvieron que abandonar el lugar por la inminente llegada de las llamas, él se quedó hasta el último a pesar de su falta de movilidad normal aquejado de una dolencia que le impide moverse con rapidez, por lo que también tuvo que evacuar. Se quedaron su hijo Hugo César, unos hermanos y vecinos, en total cinco personas, que con tenaz convicción enfrentaron las llamas por varias horas para evitar que se quemaran las casas e instalaciones.

Angustiado Don Hugo se refugió en Cauquenes y de allí trataba de mantener comunicación con su hijo Hugo César y los demás que se quedaron en el campo, literalmente rodeados y atrapados por las llamas. Tras algunas horas recibiría una noticia dramática: un cercano le aviso que casa, bodega, galpón y viñas se habían quemado por completo, y lo peor, con su hijo y parientes en su interior.

El golpe fue tremendo, su impotencia por no estar allí para ayudar lo conmocionó, su esposa sufrió un schock, y no era para menos, pues en esa comunicación recibida daban como muerto a su hijo Hugo César, quién está asumiendo todas las tareas del campo y se había quedado para evitar que se quemaran los bienes de la familia. Don Hugo trataba de comunicarse con su hijo y los demás que estaban en medio del fuego, pero sin resultados. Pensó que debería dirigirse al lugar de cualquier manera, aunque el ingreso a la zona estaba siendo impedido por militares ante la voracidad de las llamas de varios metros de alto.

Momentos de profunda angustia vivía Don Hugo hasta que un par de horas después recibe un mensaje de su hijo Hugo César, informándole que estaba bien junto a los demás y que el grupo de cinco personas había evitado que se quemaran las casas y la bodega, pero que las llamas habían calcinado la viña de una hectárea de vino País.
En ese momento la destrucción de la viña, galpón y cultivos aledaños no fue lo importante, y sí que su hijo estaba bien al igual que los demás, y que habían evitado la destrucción de las casas.

Horas después Hugo César enviaba este mensaje: «Para todos los amigos familiares y demás… Estoy bien junto a mi tío Eduardo y tío Eugenio y un familiar, estamos bien los 5… Dimos todo para lograr salvar las casas y lo conseguimos gracias a Dios… Es increíble como sólo los 5 lo pudimos lograr… El resto del campo se quemó completo la viña se quemó completa y los olivos igual … Lo único que tengo es ganas de volver a levantase…. Mucha fuerza a todos los que están sufriendo».

Estando allí ahora con Don Hugo y su esposa no es difícil imaginarse el infierno vivido entre las llamas, pues la bodega y casas están literalmente rodeadas por la viña, árboles y arbustos totalmente carbonizados.

Ahora Don Hugo y esposa, junto a su hijo Hugo César, siguen preocupados con posibles rebrotes del fuego, pero están convencidos de que podrán salir adelante a pesar de las inmensas dificultades que tendrán que enfrentar, en un ambiente donde todavía se respira humo y gran parte de los campos aledaños son puras cenizas.

Otro testimonio que recogimos en Coronel de Maule es del viñatero y agricultor José Víctor Mora, de la Viña Don Víctor, quién junto a varios vecinos también dio la pelea al fuego «pero no pudimos evitar que se quemaran gran parte de mis viñas. El fuego nos sorprendió en varias ocasiones con el cambio de dirección del viento, y finalmente vino desde el oeste, sorprendiéndonos, cuando lo esperábamos desde el sur».

Mora perdió gran parte de su viña de uva País pero salvó la bodega y otras instalaciones donde cría pavos, los cuales se refugiaron bajo un sauce cerca del humedal al lado del camino a Coronel, en los bajos de su propiedad, salvando ilesos.
Con su entrañable buen humor a pesar de las dramáticas circunstancias, Mora destaca el trabajo que realizaron junto a varios vecinos para evitar que el fuego llegara al pueblo de Coronel.

«Había un ruido infernal que parecía el mar cuando está bravo, como un tsunami, que se aproximaba sin descanso hacia nosotros» , nos dijo Miguel Bustos, también viñatero de Coronel de Maule y que estaba en el grupo que contuvo el fuego.

«Con lo que teníamos a mano y una única máquina pudimos hacer un buen cortafuego a la entrada del pueblo y detuvimos las llamas. Lamentablemente en mi campo no ocurrió lo mismo, no pude contra las llamas y el fuego venció, pero aquí estamos, listos y atentos para seguir adelante, aunque estos incendios de porquería perturbaron y me sacaron de lo que creía sería un apacible verano, esperando la vendimia, hacer vino y otra parte de la uva la tenía comprometida con una viña bien conocida, pero ahora no sé que pasará, pues gran parte de la viña está quemada y lo que se salvó no creo que sirva, aunque de igual manera hay que ver como saldrá esa uva y veremos el vino que de ellas resulta».

Así como Mora también Don Hugo y otros viñateros miembros de la asociación gremial que los agrupa VidSeca, esperan que las parras centenarias de uva País muestren una vez más su resistencia y adaptación a las inclemencias, resurgiendo y rebrotando desde las cenizas. Pero esto es algo que se verá a partir de la próxima cosecha, porque la de 2017 está casi en su totalidad perdida.

Al recorrer los campos quemados en Cauquenes, Coronel de Maule y sitios aledaños, es evidente constatar que donde hay pinos y eucaliptos hubo incendio. En otros lugares sin la presencia de estos monocultivos, no hubo incendios, y si algo se quemó fue el pasto seco de no más 20cm de alto y algunos espinos, pero esos siniestros nunca colocaron en peligro los campos, casas y bodegas.

Las grandes llamas de varios metros se originan en los pinos y eucaliptos, y con ese infernal poder y el empuje de los intensos vientos, se expanden y arrasan con todo a su paso.

Es de esperar que tras esta traumática experiencia de los incendios en los campos chilenos de la zona centro-sur, se limite y controle la plantación de las especies foráneas altamente inflamables como son los pinos y eucaliptos. Más bosque de especies nativas que contribuyen a la diversidad de la flora y fauna, y que no dañan los suelos y no secan las fuentes de agua.

Los viñateros de Coronel de Maule esperan ahora algo resignados ver el comportamiento de las viejas parras de uva País, ver si brotarán o no y cómo lo harán, pero sin duda, por el temple que tienen y una felicidad de vivir la vida, recuperarán poco a poco su normalidad y seguirán haciendo ricos y puros vinos País, continuando con la tradición que han heredado de sus abuelos y bisabuelos.

(Alejandro Tumayan / todovinos.cl)